El apagón programado por el Gobierno entre el 18 y 19 de septiembre tuvo un efecto casi imperceptible en los embalses que alimentan las principales hidroeléctricas del país. En el embalse de Mazar, uno de los más grandes y clave para el sector eléctrico, el nivel solo subió 18 centímetros, para luego volver a caer.
Mazar, ubicado entre las provincias de Azuay y Cañar, es crucial para el sistema hidroeléctrico del país, ya que abastece al embalse de Amaluza, que es mucho más pequeño y alimenta a las hidroeléctricas de Mazar, Paute-Molino y Sopladora. Estas plantas generan el 38% de la energía eléctrica que demanda Ecuador.
Durante el apagón, el nivel del embalse de Amaluza aumentó ligeramente, subiendo apenas 1,34 metros, de 1.983,57 a 1.984,23 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, el embalse de Mazar, en lugar de acumular agua, experimentó una reducción mínima en su cota, pasando de 2.120,46 metros a 2.120,45.
El impacto limitado se atribuye al hecho de que el apagón se realizó durante horas de bajo consumo energético, entre las 22:00 y 06:00, fuera de los picos de demanda eléctrica. Esto sugiere que los próximos cortes programados entre el 23 y 26 de septiembre, también en horarios nocturnos, permitirán solo una recuperación marginal en los embalses del país.
Estos resultados destacan la compleja situación de los reservorios y la limitada capacidad de recuperación en medio de la crisis energética que enfrenta Ecuador.
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