Un incendio forestal en Quito ha dejado un saldo devastador para María Sarango, una residente que perdió su casa y varios de sus animales. Entre las víctimas del fuego está su perrito, que sufrió quemaduras en sus patitas al intentar escapar de las llamas que arrasaron con la vivienda.
María Sarango relata que, además de perder su hogar, varias aves y cuyes que tenía en su propiedad quedaron calcinados por las intensas llamas. El fuego, que se propagó rápidamente debido a los fuertes vientos, no solo destruyó sus pertenencias, sino que dejó a la familia con un panorama desolador.
“Mi casa era todo para mí y mis animalitos, ahora no queda nada,” expresó Sarango entre lágrimas, mientras mostraba el lugar que solía ser su hogar, ahora reducido a cenizas y escombros.
Desesperada, Sarango hace un llamado urgente a las autoridades y a la comunidad para que le brinden asistencia. “No tengo a dónde ir, perdí todo. Lo que necesito es ayuda para reconstruir mi vida,” imploró, señalando que el incendio dejó a su familia sin techo ni recursos para empezar de nuevo.
La situación refleja el impacto humano y animal de los incendios forestales que azotan la región, un problema que ha afectado a cientos de familias y ha provocado daños irreparables en la fauna y flora local.
Las autoridades aún no han emitido una respuesta oficial al caso de Sarango, pero la comunidad ha comenzado a movilizarse para ofrecerle apoyo. Sin embargo, la ayuda no llega lo suficientemente rápido para quienes lo han perdido todo y ahora enfrentan un futuro incierto.
Este trágico episodio pone en evidencia la necesidad urgente de reforzar las medidas de prevención y respuesta ante incendios, así como de brindar apoyo integral a las víctimas que, como Sarango, ven cómo su vida cambia drásticamente en cuestión de horas debido a estos desastres.