El Gobierno de Ecuador rechazó las críticas emitidas por México durante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), que se celebra en Nueva York. La canciller mexicana, Alicia Bárcena, cuestionó la irrupción de la policía ecuatoriana en la embajada de México en Quito, ocurrida en abril pasado, donde fue arrestado el exvicepresidente Jorge Glas, quien había recibido asilo político en esa sede diplomática.
Durante su intervención, Bárcena señaló: “Las instituciones y reglas que sostienen nuestro sistema internacional son la última línea antes de la barbarie. No podemos olvidarlo ni normalizarlo”. La funcionaria insistió en que se deben aplicar sanciones a Ecuador por lo que calificó como una violación a la soberanía diplomática, hecho que además provocó la ruptura de las relaciones bilaterales entre ambos países.
En respuesta, el embajador de Ecuador ante la ONU, José de la Gasca, defendió la actuación de su país y explicó las circunstancias que llevaron a la irrupción en la embajada. De la Gasca destacó que Jorge Glas estaba imputado por delitos de corrupción, considerados delitos comunes, lo que, según él, invalidaba su solicitud de asilo político.
El diplomático ecuatoriano también subrayó que las autoridades actuaron bajo “circunstancias excepcionales” que obligaron al ingreso forzado a la embajada con el fin de detener a un prófugo de la justicia. “Este fue un hecho aislado que buscó combatir la impunidad”, añadió.
De la Gasca concluyó su intervención señalando que México, con sus declaraciones, ha quebrantado los principios de igualdad soberana, integridad territorial y no intervención en los asuntos internos de otros Estados, principios consagrados en la carta de la ONU, la OEA y el derecho internacional.
El incidente ha intensificado las tensiones diplomáticas entre ambos países, mientras se espera que la comunidad internacional evalúe las posturas de ambas naciones respecto al controvertido arresto.
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