El expresidente y candidato republicano Donald Trump, en un mitin en Wisconsin el 6 de octubre, intensificó su retórica contra los migrantes al declarar que los extranjeros han afectado negativamente los “genes” de los estadounidenses. Estas declaraciones se suman a sus polémicas previas, en las que afirmó que los migrantes de Haití comen perros y gatos.
En una entrevista difundida por The Hugh Hewitt Show, Trump señaló que la vicepresidenta Kamala Harris, a quien culpa de una política de “fronteras abiertas”, permitió la entrada de 13.000 “asesinos” al país. Aunque se basa en cifras del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), las mismas, según el Departamento de Seguridad Interior, se refieren a migrantes que ingresaron al país en las últimas décadas.
Trump, que vuelve a centrar su campaña electoral en la migración, asegura que los extranjeros “envenenan la sangre del país” y “violan a jóvenes estadounidenses”, afirmaciones que no están respaldadas por los datos oficiales, los cuales muestran una disminución en los cruces fronterizos desde junio. En agosto, las autoridades reportaron 107.503 interceptaciones, una caída significativa en comparación con las más de 300.000 en diciembre pasado.
El expresidente ha sido criticado por utilizar cifras imprecisas y estigmatizar a los migrantes en un contexto electoral cada vez más polarizado.