Las autoridades monitorean con cautela el desarrollo de tres huracanes activos en la Cuenca del Atlántico, un evento de proporciones históricas que ha puesto en alerta a diversas regiones. El Instituto Cooperativo para la Investigación en la Atmósfera (CIRA) confirmó que los huracanes Milton, Kirk y Leslie avanzan en distintas direcciones, poniendo en riesgo áreas costeras.
El huracán Milton, que alcanzó la categoría 5, ha forzado la evacuación de miles de personas en la Costa del Golfo, particularmente en zonas de Florida. Mientras tanto, Kirk amenaza con generar fuertes oleajes en las Islas de Sotavento, Bermudas y Bahamas. Leslie, por su parte, no representa un peligro para tierra firme, pero continúa bajo observación.
El fenómeno meteorológico y su impacto
Phil Klotzbach, meteorólogo de la Universidad Estatal de Colorado, destacó que no se había registrado una temporada de huracanes como esta desde que se tiene memoria, basándose en los datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC) que datan de 1851. Sin embargo, Klotzbach advierte que antes de la era de los satélites (1966 en adelante) algunos huracanes podrían haber pasado desapercibidos.
El huracán Milton, alimentado por las aguas excepcionalmente cálidas del Golfo de México, pasó de ser una tormenta de categoría 1 a una de categoría 5 en menos de 24 horas. Con vientos de hasta 282 km/h, se prevé que toque tierra en Florida el 9 de octubre, mientras Kirk, ahora debilitado, sigue su curso hacia el noreste, posiblemente afectando Europa.
Factores que intensifican estos fenómenos
Brian McNoldy, investigador de huracanes de la Universidad de Miami, explicó que las temperaturas récord en el Golfo de México han jugado un papel crucial en la intensificación de Milton. La combinación de cizalladura ligera y aguas extremadamente cálidas ha convertido este huracán en una de las tormentas más intensas de la temporada.
Cómo se forman los huracanes
Los huracanes absorben el calor de las aguas tropicales, transformando esa energía en poderosos vientos y tormentas. A medida que una onda tropical se desplaza por los océanos cálidos, el aire asciende, creando un área de baja presión que genera más aire ascendente, lo que a su vez alimenta la formación de nubes y tormentas eléctricas. Cuando los vientos superan los 120 km/h, la tormenta se clasifica como huracán.
Con el desplazamiento y la intensificación de estos fenómenos, las autoridades continuarán evaluando los riesgos y emitiendo advertencias a las poblaciones afectadas.
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