Este martes 22 de octubre de 2024, a las 10:00, el nivel de agua del embalse de Mazar, el más importante para el sector eléctrico del país, volvió a caer por debajo del umbral crítico. El embalse se ubicó en 2.113,9 metros sobre el nivel del mar (msnm), lo que representa una pérdida de 1,39 metros desde que se implementaron las nuevas medidas de reducción de cortes de energía.
El embalse de Mazar es clave para la generación de energía, ya que abastece a tres importantes centrales hidroeléctricas: Mazar, Paute-Molino y Sopladora. Estas plantas suministran una parte significativa de la electricidad que consume Ecuador, por lo que su buen funcionamiento es esencial para mantener la estabilidad energética del país.
La caída del nivel de agua coincide con el inicio de la reducción de los cortes de luz a ocho horas diarias, una medida que entró en vigor el lunes 21 de octubre, tras la disposición del presidente Daniel Noboa. Hasta antes de esa fecha, los apagones habían alcanzado las 10 horas diarias, lo que afectaba a sectores productivos y hogares a nivel nacional. Noboa se comprometió a reducir gradualmente la duración de los cortes hasta eliminarlos por completo a finales de este año.
Sin embargo, la disminución del nivel de agua en el embalse de Mazar pone en peligro esta promesa. La dependencia de Ecuador de sus hidroeléctricas hace que cualquier descenso en los niveles de los embalses genere incertidumbre sobre la capacidad del sistema para satisfacer la demanda energética sin recurrir a medidas de emergencia, como los cortes de luz prolongados.
Las autoridades del sector eléctrico han advertido que, de continuar esta tendencia, será complicado cumplir con el cronograma de reducción de apagones planteado por el gobierno. Además, el Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables informó que están monitoreando de cerca la situación y evaluando alternativas, como la importación de energía desde países vecinos, para garantizar el suministro eléctrico.
Mientras tanto, la población y las industrias siguen enfrentando las interrupciones en el servicio, lo que ha generado preocupación sobre las repercusiones económicas y sociales de una crisis energética que parece lejos de resolverse.
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