Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Lund en Suiza y la Universidad Eötvös Loránd en Hungría ha revelado un fascinante hallazgo sobre los perros: su capacidad para detectar el calor únicamente con su olfato.
Los perros, conocidos por su aguda habilidad olfativa y su diversidad de funciones a lo largo de la historia, han sido desde hace unos 15,000 años compañeros fieles en la caza, la guarda, la compañía, la guía, el pastoreo de ganado y el transporte de trineos.
Este nuevo descubrimiento añade una dimensión aún más impresionante a sus habilidades naturales. Los investigadores realizaron un experimento en dos fases para demostrar esta capacidad. En la primera fase, tres perros fueron presentados con dos objetos, uno a temperatura ambiente y otro caliente (31°C), sin poder olerlos ni verlos. Sorprendentemente, los tres perros fueron capaces de detectar y diferenciar el objeto caliente.
En la segunda fase, los caninos fueron escaneados mientras se les presentaba la misma situación, y sus cerebros no mostraron respuesta ante la presencia del objeto a temperatura ambiente. Esto sugiere que los perros tienen la capacidad de detectar la débil radiación térmica de sus presas incluso si tienen problemas de visión, audición o incluso de olfato.
La investigación también señala que esta habilidad puede variar dependiendo de la raza, siendo más desarrollada en algunas que en otras. Este descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre la extraordinaria capacidad sensorial de nuestros amigos caninos y su importancia en diversos ámbitos, desde la caza hasta la asistencia terapéutica.
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