En la estación catorce de San Luis Potosí, reside una mujer excepcional: Doña Margarita. A sus 98 años, ha dedicado toda su vida a la venta de comida en su modesto restaurante “Tokio”, ubicado detrás de lo que alguna vez fue la estación de tren. A lo largo de los años, ha sido testigo de muchos cambios, pero nada le ha afectado tanto como la drástica disminución de sus ventas año tras año.
A pesar de las dificultades, Doña Margarita se esfuerza por abrir su restaurante todos los días, esperando recibir a aquellos que pasen por el lugar. Su cocina, aunque sencilla, está llena de sabores auténticos y su amabilidad es contagiosa. Invita a todos los que vivan cerca a disfrutar de un café o a deleitarse con un bistec acompañado de frijoles.
A pesar de su avanzada edad, esta admirable mujer no tiene intención de detenerse. Su pasión por cocinar y su deseo de seguir compartiendo su sazón con el mundo la mantienen en pie y llena de vida.
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