Con la desaparición del glaciar de Humboldt, también conocido como La Corona, Venezuela se convierte en el primer país moderno en perder todos sus glaciares. Esta pérdida ha sido acelerada drásticamente en las últimas décadas debido al calentamiento global.
El Humboldt, que una vez se extendía por 4,5 kilómetros cuadrados, ahora se ha reducido a solo 0,02 km², siendo considerado por los expertos como un “campo de hielo”. La Sierra Nevada de Mérida, que albergaba seis glaciares, ha visto desaparecer su último glaciar en 2024, dejando a Venezuela sin estos cruciales ecosistemas.
Los científicos, que esperaban que el Humboldt resistiera al menos una década más, han quedado sorprendidos por su desaparición prematura, lo que evidencia un cambio climático más acelerado de lo previsto. Esta trágica pérdida posiciona a Venezuela como un aviso mundial sobre las devastadoras consecuencias del calentamiento global.
Maximiliano Herrera, climatólogo e historiador del clima, señala que Venezuela podría ser el precursor de una cadena de pérdidas glaciares en otros países como Indonesia, México y Eslovenia, donde los récords de calor ya están presagiando un futuro sombrío para los glaciares restantes.
La desaparición del glaciar Humboldt no solo tiene un impacto ambiental significativo, sino que también representa una pérdida cultural y científica para Venezuela. Los glaciares son reguladores del clima, fuentes de agua dulce y registros valiosos del cambio climático pasado.
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