Según un informe del Ministerio de Educación, durante el último período escolar en el régimen Costa-Galápagos, aproximadamente 25 mil estudiantes perdieron el año académico. Esta situación marca un cambio significativo en comparación con la década anterior, en la que la Ley Orgánica de Educación garantizaba que los estudiantes no podían perder el año.
Hasta mediados de 2023, la legislación educativa establecía que los estudiantes tenían cuatro oportunidades para aprobar el año: el examen final, el supletorio, el examen remedial y el de gracia. Sin embargo, los cambios recientes han anulado estas opciones, lo que significa que las escuelas y colegios ahora se enfrentan nuevamente a la posibilidad de tener alumnos que necesitan repetir el año escolar si no pasan de grado.
Milton Luna, de Contrato Social por la Educación, advierte que la cifra de pérdidas escolares podría aumentar aún más con estudiantes próximos a terminar el período escolar en el ciclo Sierra-Amazonía. Luna señala que el sistema educativo del país enfrenta dos problemas estructurales importantes que aún no se han resuelto.
Además, el sistema educativo ha sido duramente golpeado por crisis recientes, como la pandemia, durante la cual las escuelas permanecieron cerradas, y los conflictos internos en enero. Esta interrupción es especialmente preocupante, ya que los organismos internacionales, como Unicef, recomiendan que las clases sean lo último en interrumpirse durante crisis.
El informe también revela que los estudiantes de 12 a 14 años son los más afectados, especialmente en la asignatura de matemáticas, siendo los que más se quedaron a supletorio. Esta situación resalta la necesidad de abordar de manera urgente los desafíos estructurales del sistema educativo para garantizar un aprendizaje efectivo y continuo para todos los estudiantes.
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