Mayra Salazar regresó a la Corte Nacional de Justicia para ofrecer su testimonio anticipado en el Caso Purga, un episodio judicial que ha sacudido los cimientos del sistema legal ecuatoriano. En calidad de testigo protegido, Salazar, quien está siendo procesada en el Caso Metástasis, desempeñó un papel crucial al exponer las entrañas de una presunta red de corrupción liderada por el exasambleísta Pablo Muentes.
Según Salazar, su colaboración fue determinante para dar luz al Caso Purga, el cual revela cómo Muentes habría orquestado una estructura que cooptaba la justicia, desde la Corte Provincial del Guayas, a cambio de fallos judiciales millonarios. En su testimonio, Salazar repitió la trama en la que Muentes supuestamente la habría contratado para influenciar a Fabiola Gallardo, entonces presidenta de la Corte del Guayas.
Salazar expresó su sorpresa ante la negación de conocidos y colegas de la época, quienes ahora reniegan de su relación con ella. Detalló la estrecha relación que mantenía con Gallardo, incluso llegando a asesorarla en su imagen y preparar sus discursos.
Además, Salazar expuso la presunta participación del juez Ronald Cevallos en la red de corrupción. Según su testimonio, Cevallos habría servido a los intereses de Muentes y, posteriormente, de Xavier Muñoz, exvocal del Consejo de la Judicatura.
Este último habría facilitado el traslado de Cevallos a cambio de fallos judiciales favorables para Roberto Goldbaum, exsuegro de Daniel Noboa, actual presidente del país. Las revelaciones de Salazar pintan un cuadro alarmante de la corrupción enquistada en el sistema judicial ecuatoriano.
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