El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el 4 de junio una orden ejecutiva que impone severas restricciones a las solicitudes de asilo en la frontera con México. Esta medida incluye la deportación hacia países de origen, entre ellos Ecuador.
La orden establece que quienes no cumplan con estrictos estándares de asilo serán deportados si las detenciones diarias superan las 2.500. Las autoridades aplicarán un estándar más alto, requiriendo que los migrantes demuestren una “posibilidad razonable” de enfrentar tortura o persecución si son devueltos a su país de origen. Si no pueden cumplir este estándar, serán deportados en cuestión de “horas” o “días”.
Las restricciones se relajarán cuando el promedio de detenciones diarias disminuya a 1.500 durante 14 días. Los migrantes mexicanos y nacionales de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela serán devueltos directamente a México, mientras que los procedentes de otros países, como Colombia y Ecuador, serán expulsados en vuelos de deportación.
La norma contempla excepciones para menores no acompañados, víctimas de tráfico de personas, quienes enfrenten emergencias médicas o amenazas extremas, ciudadanos y residentes de Estados Unidos, y personas con visas válidas. Los casos de asilo en curso seguirán siendo procesados a través de la aplicación móvil CBP One, para aquellos que hayan solicitado una cita previamente.
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