El presidente Daniel Noboa está a punto de cumplir siete meses en el cargo el próximo 23 de junio de 2024. Sin embargo, el último mes ha sido el más desafiante de su mandato, con una serie de golpes políticos, catástrofes naturales, y crisis energética y petrolera que han complicado su gestión.
Desde inicios de junio, el Gobierno ha denunciado la formación de una mayoría opositora en la Asamblea Nacional, integrada por Revolución Ciudadana, el PSC y Construye, con una mayoría calificada de 92 votos. Esta coalición ha obstaculizado varios proyectos del Ejecutivo, incluyendo la Ley de Seguridad Digital, y ha promovido enmiendas constitucionales desfavorables para el gobierno. Además, la Asamblea ha rechazado el pedido de juicio penal contra la vicepresidenta Verónica Abad y ha negado la posibilidad de declarar la incapacidad mental del presidente Noboa, aunque criticaron sus declaraciones en un perfil publicado por The New Yorker.
Las fuertes lluvias en la Amazonía han exacerbado la erosión del río Coca, obligando a suspender las operaciones del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair debido al aumento de sedimentos. Esto ha provocado una caída en la producción petrolera diaria de 30,000 barriles y ha reavivado la crisis energética, culminando en un apagón que afectó a gran parte del país el 19 de junio de 2024.
A pesar de las crisis, Noboa ha mantenido su agenda pública, participando en eventos e inauguraciones. El presidente no ha visitado las zonas afectadas en Baños ni la provincia de Napo, enfocándose en actividades en Manabí y Guayaquil, y anunciando la construcción de una nueva cárcel en Santa Elena.
En el ámbito político, Noboa enfrenta múltiples desafíos. La Corte Constitucional declaró inconstitucional su último decreto de estado de excepción, y el Tribunal Contencioso Electoral archivó una denuncia contra la vicepresidenta Abad, además de devolver la personería jurídica al partido Construye. La lucha con la Asamblea y otros órganos del Estado marca un periodo tumultuoso para el presidente, quien debe navegar entre las crecientes tensiones políticas y las exigencias de gestión en medio de una crisis multifacética.
El presidente Daniel Noboa encara un periodo crítico en su administración, con un escenario político y económico cada vez más adverso. Los próximos meses serán decisivos para su capacidad de gobernar y manejar las crisis que enfrenta su gobierno.
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