La candidatura del presidente Joe Biden para las elecciones de noviembre de 2024 enfrenta incertidumbre luego de su debate con el exmandatario Donald Trump. Aunque dentro del Partido Demócrata hay voces que sugieren su reemplazo, el proceso sería un laberinto legal y político casi infranqueable. La única salida sencilla sería que el propio Biden decidiera hacerse a un lado, algo que él descartó un día después del debate: “No me presentaría de nuevo si no creyera con todo mi corazón y mi alma que puedo hacer el trabajo. Hay demasiado en juego”.
Biden aún no ha sido nominado oficialmente como candidato del partido para las elecciones de noviembre, pero las reglas del Partido Demócrata hacen prácticamente inviable reemplazarlo sin su consentimiento. A pesar de sus 81 años, Biden obtuvo durante las primarias del partido más del 90% de todos los delegados. Este domingo, Biden tiene prevista una conversación con su familia sobre el futuro de su campaña de reelección en la residencia de Camp David, informó NBC.
Si Biden se retira antes de ser nominado oficialmente, es decir, antes de que voten por su candidatura los casi 4,000 delegados demócratas que ha conseguido durante las primarias, estos delegados podrían votar por otros candidatos. Las normas del partido no les obligan a mantener su voto por Biden si él se retira, lo que podría desencadenar una pugna entre otros candidatos demócratas para conseguir la nominación.
Si Biden se retira después de ser proclamado oficialmente como candidato del partido para las elecciones de noviembre, se tendría que convocar una “reunión especial” del Comité Nacional Demócrata, compuesto por unos 500 miembros. El nuevo candidato solo necesitaría el voto mayoritario de los presentes en esa reunión. Este proceso no sería sencillo debido a la precipitada campaña de los posibles candidatos y los desafíos legales y prácticos para cambiar los nombres en las papeletas, algunas de las cuales ya estarían impresas.
Si Biden renunciara a la presidencia, la vicepresidenta Kamala Harris se convertiría automáticamente en presidenta de Estados Unidos, pero no en la candidata del Partido Demócrata para las elecciones. Los delegados de Biden no se transferirían automáticamente a Harris. Contar con el apoyo de Biden podría ayudar a Harris a convertirse en la primera mujer en ganar la Casa Blanca, pero otros aspirantes, como los gobernadores de California, Michigan, Illinois, Maryland y Pensilvania, también podrían disputar la candidatura.
La última vez que se habló de la posibilidad de sustituir a un candidato en plena convención fue en las elecciones de 2016, cuando un sector de los republicanos consideró reemplazar a Trump, aunque finalmente el partido se unió en torno a él. Según el Servicio de Investigación del Congreso, el último aspirante que se retiró tras la convención demócrata fue el candidato a la vicepresidencia en 1972, el senador Thomas Eagleton, quien lo hizo por razones de salud y fue reemplazado por Sargent Shriver como compañero de fórmula de George McGovern.
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