Rafael Correa, quien una vez fuera el candidato outsider que capturó el apoyo de gran parte de las izquierdas del país y se mantuvo en el poder durante 10 años, ahora se encuentra en una posición donde incluso discute con sus seguidores más incondicionales, transformándose en una figura controvertida.
El ex presidente ecuatoriano, conocido por su carisma y estilo confrontativo durante su mandato, ha pasado a ser visto por algunos como un compañero de curso que no teme debatir con todos, incluso aquellos que históricamente lo apoyaron. Este cambio refleja una dinámica política cambiante en Ecuador, donde las opiniones sobre su legado y su rol actual en la política nacional continúan evolucionando.
Correa, quien aún mantiene influencia significativa en la política ecuatoriana, ha sido objeto de críticas y elogios por igual, especialmente en un contexto donde las disputas internas y las alianzas políticas están en constante cambio.
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