En un operativo realizado el domingo 11 de agosto, las Fuerzas Armadas de Ecuador descubrieron una gran cantidad de explosivos, armas y equipos de comunicación abandonados en una mina de Camilo Ponce, ubicada en el sector de Santa Marta, Azuay. El lugar, conocido como la mina Jerusalén, habría estado bajo el control de una banda criminal dedicada a la minería ilegal y otros delitos.
Las autoridades informaron que, tras labores investigativas, los militares lograron decomisar el siguiente material:
- Una carabina Mossberg
- 1.535 explosivos
- 800 cápsulas detonantes
- 475 cápsulas ordinarias armadas con mecha lenta
- 1.800 metros de mecha lenta
- 50 cargas explosivas armadas con mecha y cápsula emuldor
- Cinco sacos de 50 kg de nitrato de amonio
- Cinco radios de comunicación
- Un router de Internet
Estos artículos fueron encontrados durante una inspección en el interior de la mina. Según las fuerzas del orden, los sospechosos abandonaron el material al percatarse de la presencia militar. Las evidencias fueron entregadas a la Policía Nacional para los trámites legales correspondientes.
La mina Jerusalén, según reportes, sería una de las zonas controladas por la organización delictiva “Los Lobos”, conocida por su operación en Santa Marta. A principios de julio, las autoridades realizaron varias intervenciones en esta área debido a la creciente violencia y actividad criminal relacionada con la minería ilegal.
El 3 de julio, se reportó la liberación de dos mineros que habían sido secuestrados en las concesiones mineras Punto Dorada, presuntamente por miembros de “Los Lobos”. Durante la operación de rescate, las víctimas mencionaron que aún había seis personas desaparecidas y un posible fallecido. Posteriores búsquedas en el campamento minero La Toronja revelaron rastros de sangre y casquillos de munición, lo que llevó al hallazgo de cinco cuerpos desmembrados y la liberación de 49 personas.
Otro hecho violento ocurrió el 23 de julio, cuando se encontraron cuatro cadáveres quemados en la mina La Tormenta, uno de ellos decapitado. Estos sucesos han resaltado la peligrosidad de la zona y la influencia de las bandas criminales, como “Los Lobos”, quienes han sido vinculados a enfrentamientos armados con las fuerzas del orden y el secuestro de trabajadores en las minas ilegales.
El operativo militar en la mina Jerusalén es parte de un esfuerzo continuo para recuperar el control de estas áreas y erradicar la actividad criminal que ha afectado gravemente a la región.
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