Mujica, de 89 años, habló sobre su salud tras someterse a radioterapia desde que le diagnosticaron cáncer en mayo. “Me hicieron un tratamiento con radiología. Según los médicos, anduvo bien, pero yo estoy deshecho”, declaró el exmandatario.
Mujica, quien gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, sigue siendo un referente en la política nacional y en la izquierda de América Latina. Desde su modesta finca en las afueras de Montevideo, donde se recupera del tratamiento, reflexionó sobre la vida, la muerte y la sociedad de consumo.
“La vida es hermosa. Con todas sus peripecias, amo la vida. Y la estoy perdiendo porque estoy en el tiempo de irme”, afirmó Mujica, quien también criticó la necesidad compulsiva de consumir: “La humanidad necesita trabajar menos, tener más tiempo libre y ser más sobria. ¿Para qué tanta basura? ¿Por qué hay que cambiar el auto o la heladera?”
El exguerrillero, que pasó 13 años en prisión durante la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985), también expresó su admiración por la naturaleza y, aunque se declaró agnóstico, manifestó su respeto por quienes creen en Dios, viéndolo como un consuelo ante la muerte.
Al ser consultado sobre cómo le gustaría ser recordado, Mujica fue enfático: “Como lo que soy: un viejo loco que tiene la magia de la palabra”.
El expresidente uruguayo convalece acompañado de su esposa, Lucía Topolansky, exvicepresidenta de Uruguay (2017-2020) y también exguerrillera. En la entrevista, Mujica destacó la importancia de su relación: “El amor tiene edades. Cuando sos joven, es una hoguera. Cuando sos viejo, es una dulce costumbre. Si estoy vivo es porque está ella”.
La vida y trayectoria de Mujica, marcada por su lucha contra la dictadura y su liderazgo como presidente, siguen siendo un punto de referencia en la historia contemporánea de América Latina.
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