Un incendio forestal de gran magnitud, reportado desde el viernes 23 de agosto, continúa fuera de control en la parroquia San Antonio de las Aradas, en el cantón Quilanga, provincia de Loja. Hasta la fecha, el fuego ha consumido 3 877 hectáreas de pajonales y bosques de pino, causando un daño significativo al ecosistema de la región.
La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) informó que, en medio de los esfuerzos por sofocar el incendio, tres bomberos han resultado heridos, dos de ellos de manera leve. Uno de los afectados fue trasladado a la ciudad de Loja, donde se encuentra estable, mientras que el segundo ya ha sido dado de alta. El tercer bombero herido se sumó a las cifras el 29 de agosto.
El incendio, que ha devastado una vasta área de vegetación, ha movilizado a militares y bomberos, quienes trabajan arduamente para controlar las llamas. En respuesta a la emergencia, el Gobierno activó las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de las provincias de Cañar y El Oro, las cuales se han sumado a los esfuerzos de los cuerpos de bomberos locales.
Además, se ha dispuesto el uso de un helicóptero equipado con un dispositivo antiincendios para apoyar las labores en la zona. La SNGR destacó que las brigadas especializadas, acreditadas por organismos internacionales, se encuentran bajo la coordinación del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Quilanga. Cuerpos de bomberos de municipios vecinos también han colaborado en la lucha contra el fuego, mientras que un Puesto de Mando Unificado ha sido instalado en San Antonio de las Aradas para dirigir las operaciones.
El incendio ha causado la destrucción total de dos viviendas y una granja avícola en la zona afectada. Este devastador suceso se enmarca en un contexto nacional de alerta, con 12 incendios forestales activos reportados en todo el país hasta el 29 de agosto.
Los incendios forestales en Ecuador, como el que afecta a Quilanga, son comunes durante la época seca, especialmente en la región andina austral, donde la escasez de lluvias agrava las condiciones para la propagación del fuego. Las autoridades continúan desplegando todos los recursos disponibles para controlar la emergencia y mitigar los daños causados por las llamas.
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