La estructura financiera de Ecuador está experimentando un cambio significativo, con un creciente protagonismo de los ingresos tributarios frente a los ingresos petroleros. En los primeros ocho meses de 2024, los ingresos del Presupuesto General del Estado aumentaron un 18% en comparación con el mismo período de 2023, alcanzando un total de USD 11.610 millones en recaudación tributaria. Este incremento se debe principalmente al aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y al Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), además de los nuevos impuestos temporales que gravan las utilidades de las empresas y entidades financieras.
En contraste, los ingresos por ventas de petróleo, que históricamente han sido una fuente clave de recursos para el Estado, continúan en declive. Entre enero y agosto de 2024, los ingresos petroleros alcanzaron los USD 1.108 millones, una cifra que representa una caída de USD 126 millones en comparación con el mismo período del año anterior.
Este descenso en los ingresos petroleros se produce a pesar de que el precio promedio del barril de petróleo ecuatoriano ha superado las proyecciones del Ministerio de Finanzas, situándose en USD 71,7 por barril frente a los USD 66,7 estimados en la Proforma Presupuestaria 2024. Sin embargo, la producción y exportación de crudo han sido afectadas por fenómenos naturales y problemas en la infraestructura, como la erosión regresiva del río Coca, que obligó a suspender operaciones en el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) durante más de dos semanas.
Además, la situación se agrava con la reciente decisión del Gobierno de cerrar los pozos del bloque 43-ITT, como resultado de la consulta popular de agosto de 2023. Este cierre podría reducir aún más los ingresos petroleros en los últimos meses de 2024, lo que, según estimaciones del Ministerio de Finanzas, significaría una pérdida de USD 275 millones para el Estado.
La dependencia creciente del Estado en los ingresos tributarios plantea desafíos significativos, especialmente en un contexto de menores ingresos petroleros y una economía que aún enfrenta dificultades para recuperar su dinamismo. La sostenibilidad de las finanzas públicas dependerá en gran medida de la capacidad del Gobierno para gestionar esta transición y mitigar el impacto de la disminución de los recursos provenientes del petróleo.
Esta situación también afecta a los gobiernos locales, que recibirán menos recursos del Gobierno central, con una reducción estimada de USD 18 millones en los cuatro meses restantes de 2024. Este ajuste presupuestario podría repercutir en la ejecución de proyectos y en la prestación de servicios en municipios, prefecturas y juntas parroquiales.
El futuro de los ingresos petroleros en Ecuador parece incierto. A medida que avanza el cierre de los pozos en el bloque 43-ITT y se mantienen los riesgos asociados a la erosión del río Coca y al vandalismo, las expectativas de recuperación de la producción son bajas. El Gobierno de Daniel Noboa ha anunciado un plan de inversión en el sector petrolero, pero su implementación dependerá del resultado de las elecciones presidenciales de febrero de 2025.
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