Una reciente investigación de la Universidad de Harvard advierte que ducharse todos los días podría tener consecuencias negativas para la salud. Según el estudio, muchas personas se bañan diariamente por presión social, costumbres o condiciones climáticas, sin considerar que el uso excesivo de productos de higiene puede causar irritaciones, alergias e infecciones en la piel. Harvard sugiere reducir la frecuencia a cuatro veces por semana para evitar estos problemas y ahorrar agua.
El estudio detalla que el uso diario de champús, jabones y otros productos de limpieza puede dañar la barrera protectora de la piel, provocando sequedad, picazón y otros problemas dermatológicos. Sin embargo, Harvard no propone descuidar la higiene personal, sino adoptar prácticas más equilibradas y sostenibles, como ducharse con agua tibia, limitar la duración a tres minutos y enfocar la limpieza en zonas clave como la ingle y las axilas.
Además, la investigación menciona que, aunque no existe un consenso exacto sobre la frecuencia ideal para bañarse, cuatro veces a la semana puede ser suficiente para la mayoría de las personas. Esto no solo ayuda a proteger la piel, sino también a reducir el consumo de agua y energía, alineándose con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el uso sostenible de recursos.
La OMS recomienda que las duchas no superen los cinco minutos, lo cual permitiría un uso de agua de hasta 95 litros por persona al día. Sin embargo, solo un 9% de los españoles sigue esta recomendación, según un estudio de la firma Hansgrohe. El tiempo promedio en la ducha varía entre hombres y mujeres, con algunas mujeres que dedican más de 20 minutos al baño, mientras que los hombres tienden a prolongar la experiencia por actividades como cantar, pensar o leer noticias en sus dispositivos móviles.
La reducción en la frecuencia y duración de las duchas no solo protege la piel, sino que también contribuye a un manejo más responsable del agua, un recurso cada vez más escaso. Harvard subraya la importancia de repensar nuestras rutinas de higiene, equilibrando la limpieza personal con la protección de la salud y el medio ambiente.
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