Ecuador atraviesa una grave crisis eléctrica, reflejada en prolongados apagones de hasta 10 horas diarias, que han afectado tanto a ciudadanos como a la industria.
Este escenario llevó a la renuncia del ministro de Energía, Antonio Goncalves, siendo reemplazado por Inés Manzano, quien ha utilizado redes sociales para explicar la situación.
Aunque el Gobierno planea medidas emergentes desde diciembre, informes como el de CELEC advierten que la crisis podría prolongarse hasta el primer cuatrimestre de 2025.
El déficit actual es de 1.680 megavatios, y se espera que la demanda crezca en 500 megavatios adicionales para 2025.
Durante el programa Políticamente Correcto, Fabián Calero, viceministro de Electricidad, aseguró que se añadirán 838 megavatios entre noviembre y diciembre, con un objetivo de sumar 1.431 megavatios hasta abril de 2025.
Sin embargo, expertos como Gabriel Salazar, ingeniero eléctrico, advierten que será difícil eliminar los apagones en 2024, debido a la baja en los niveles de agua en los embalses hidroeléctricos.
La situación ha generado preocupación en el sector empresarial, que estima pérdidas económicas de $12 millones por hora sin electricidad. María Fernanda León, líder empresarial, ha solicitado al Gobierno un plan de contingencia para mitigar el impacto.
Finalmente, CELEC ha declarado la emergencia del sistema eléctrico, recomendando planes de importación de energía y descartando la llegada de más barcazas para generación eléctrica, mientras que el Ejecutivo busca aprobar una ley que eleve la capacidad de generación privada, aunque se estima que los permisos podrían tardar entre 24 y 36 meses en concretarse.
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