El movimiento político Revolución Ciudadana ha nombrado a un nuevo líder para superar su crisis interna tras los resultados de la segunda vuelta electoral. En una reunión celebrada la noche del 21 de octubre, el buró del movimiento tomó decisiones clave en cuanto a su dirección.
En primer lugar, se aceptó la renuncia de Marcela Aguiñaga al cargo de presidenta de Revolución Ciudadana. La renuncia de la prefecta del Guayas se produjo después de recibir críticas y recriminaciones relacionadas con la derrota electoral, en particular por parte de la legisladora Pierina Correa, hermana del expresidente de la República, Rafael Correa. Pierina Correa argumentó que la presidencia de Revolución Ciudadana debe ser una tarea a tiempo completo y no debe ser asumida por militantes que ocupan cargos de elección popular.
La segunda decisión adoptada fue el nombramiento de Francisco Hidalgo como nuevo presidente. Hidalgo, oriundo de Manabí, es una figura destacada en el correísmo y cuenta con una extensa experiencia en la política ecuatoriana, habiendo ocupado el cargo de vicepresidente de la agrupación y desempeñado el papel de secretario ejecutivo encargado. Además, Hidalgo se prepara para asumir el rol de legislador suplente por Manabí en la próxima Asamblea Nacional, mientras que María Gabriela Molina Menéndez se convierte en la titular de esta importante posición en Revolución Ciudadana.
Con estos cambios en su liderazgo, el movimiento Revolución Ciudadana busca revitalizarse y encarar los desafíos políticos que le esperan en el horizonte, en busca de recuperar la influencia y relevancia que ha tenido en la escena política ecuatoriana.
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