Paul Alexander, conocido cariñosamente como “Polio Paul”, ha fallecido a la edad de 78 años. Su historia de vida, marcada por la lucha contra la poliomielitis y su dependencia de un pulmón de acero, inspiró a personas de todo el mundo.
Desde que contrajo la polio a la temprana edad de 6 años, Paul se vio obligado a vivir conectado a una enorme máquina que le proporcionaba oxígeno, siendo una de las últimas personas en el mundo en depender de esta tecnología para sobrevivir. “Lo perdí todo: la capacidad de moverme, mis piernas no me sostenían y luego no podía respirar”, compartió en numerosas ocasiones, enfrentando cada día con una determinación inquebrantable.
A pesar de las dificultades, Paul se negó a permitir que su condición definiera su vida. Fue un verdadero pionero en la educación a distancia, graduándose de la secundaria y obteniendo una licenciatura en Derecho de la Universidad de Texas en Austin. Cada página de su libro, cada palabra, fue escrita con un bolígrafo sujeto a un palo que sostenía con la boca, o dictada a un amigo. Su determinación y dedicación sirvieron como ejemplo para muchos, demostrando que ningún obstáculo es demasiado grande cuando se tiene la voluntad de superarlo.
Paul será recordado no solo por su increíble fuerza de voluntad, sino también por su actitud positiva y su sonrisa constante. Su historia de resistencia y lucha ha dejado una huella imborrable en la vida de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo, convirtiéndose en un faro de esperanza para miles de personas en todo el mundo.
Aunque Paul Alexander nos ha dejado físicamente, su legado perdurará en los corazones de quienes lo conocieron y en la memoria de aquellos que encontraron inspiración en su extraordinaria vida. Que descanse en paz, un verdadero héroe entre nosotros.
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