Según informes de la agencia estatal KCNA, Kim Jong Un anunció medidas adicionales en el sector de armas nucleares y defensa civil, en respuesta a las confrontaciones que considera “sin precedentes” por parte de Washington.

El reciente lanzamiento por parte de Corea del Norte de un misil balístico intercontinental Hwasong-18 al mar, como una demostración de su capacidad de respuesta ante lo que perciben como amenazas externas, evidencia la postura firme del país frente a lo que consideran decisiones desfavorables hacia ellos.

A su vez, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos han intensificado su cooperación militar ante las pruebas armamentistas de Corea del Norte, activando sistemas para compartir información en tiempo real sobre los lanzamientos de misiles norcoreanos. Ejercicios militares conjuntos y maniobras estratégicas han sido implementados para fortalecer su respuesta colectiva a las amenazas nucleares de Corea del Norte, como se evidenció recientemente en un entrenamiento frente a la isla de Jeju, al sur de Corea del Sur.

Sin embargo, para Pyongyang, la presencia de armas estratégicas, como los bombarderos B-52, durante estos ejercicios conjuntos es considerada como una provocación deliberada de Estados Unidos, destinada a iniciar un conflicto nuclear.

La región sigue sumida en una creciente tensión mientras las potencias regionales y Estados Unidos buscan contener el avance de armas nucleares por parte de Corea del Norte, incrementando la incertidumbre y el escenario de confrontación en la península coreana.